Por: Vladislav Gulevich
Fecha de publicación: 15/07/11
Desde Ucrania
Strategic Culture Foundation
Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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Han pasado más de seis décadas, desde la capitulación de Berlín que coronó la Segunda Guerra Mundial, y aun continúa la furia de la guerra, esta vez en forma de intentos revisionistas con el objeto de proyectar una sombra sobre la memoria de los soldados soviéticos que combatieron en ella. Entre otras cosas, estos esfuerzos apuntan a correlacionar el fascismo –monstruo alimentado por el Occidente durante los años 30 y 40—y el pasado del siglo XX de Rusia durante la guerra, con el propósito de desviar la atención sobre la continuidad entre el imperialismo anglo-sajón y el nacional socialismo alemán. El carácter y los rasgos típicos de la continuidad son develados en “Desde al Imperialismo al Fascismo: ¿Por qué Rusia iba a ser la India de Hitler?” del renombrado historiador y sociólogo Profesor Manuel Sarkisyanz, natural de Armenia nacido en Baku, capital de Azerbaiyán en 1923 quien ha desempeñado cargos en la Universidad de Heidelberg y actualmente residiendo en México. La disponibilidad del libro tiende a ser limitada –me encontré con su edición en alemán del año 1997 antes que se publicara en ruso el año 2003. “Desde el Imperialismo al Fascismo” vio la luz del día en inglés solo en la India y en Irlanda, dos países repletos de dolorosos recuerdos de la dominación inglesa y como es fácil de imaginar, nunca ha sido impreso en Gran Bretaña.
“Desde el Imperialismo al Fascismo” con capítulos tales como “Inglaterra como el Modelo de la Comunidad del Pueblo de Hitler”; “Formando nuevos führers Imitando a Inglaterra”; “Houston Stewart Chamberlain: Innovador, Pionero, Visionario del Tercer Reich”; “El Fascismo Británico Hecho en Casa” y “La Admiración de Hitler por el Establecimiento Inglés”, cargados de revelaciones verdaderamente impactantes. Al describir el sistema fascista de educación y adoctrinamiento, Sarkisyanz cita fuentes originales para demostrar que el Napolas (Institutos Nacionales de Educación Política) de Alemania fue modelado por las SS (1) en base a las escuelas públicas británicas. Desde los primeros días del Tercer Reich, los creyentes británicos de la supremacía racial se reunían de manera regular con sus imitadores alemanes (quienes a la larga superaron lejos a sus maestros) y tenían pleno conocimiento del hecho que la formación de la elite fascista fue una copia de aquella brindada a los círculos escogidos británicos.
Hitler, abiertamente admiraba el sistema educativo de Gran Bretaña con su estrategia globalizante de formar promociones de amos del mundo.
Sarkisyanz alude al discurso pronunciado por el líder nazi el 30 de enero de 1941 en el cual alabó profusamente este tipo de catecismo típicamente británico. El autor cita un informe sobre la formación de futuros líderes nazis que fuera preparado en el año 1938 por el Instituto Real de Relaciones Internacionales haciendo hincapié en que las instituciones educativas nazis eran en gran medida copia de las escuelas públicas británicas. No pocos de los altos funcionarios del Tercer Reich, por ejemplo, Joachim von Ribbentrop, Robert Ley, soñaban con educar a sus hijos en Gran Bretaña. Hitler se jactaba de ser el único dirigente alemán lo suficientemente duro como para alcanzar metas como habitualmente lo hacían los ingleses y su modelo para la colonización de Rusia –que él en la práctica describía como la India de Alemania—se inspiró grandemente en las políticas colonialistas de la Gran Bretaña. Curiosamente, el gobierno inglés en la India impuso la prohibición de exhibir películas acerca del nazismo alemán evidentemente por temor a que las similitudes entre los fascistas alemanes y los colonialistas ingleses no pasarían desapercibidas por la población local.
La larga lista de ingleses abiertamente simpatizantes del fascismo, incluía figuras tales como el hijo Randolph de Winston Churchill, la familia del Lord Ridsdale del Lord Lamington del Lord Londonderry y el sociólogo y comentarista Houston Chamberlain.
Goebbels organizó una cena --¡a la que asistió Hitler!—con motivo de la boda ente la hija de Lord Ridsdale, que acostumbraba a lucir un broche en forma de swastika y el fascista británico Oswald Mosley. El Daily Mail, un vocero de prensa del nazismo alemán, era de propiedad de Lord Rothermere. La English Review escribía que los fascistas que apoyaban a Franco eran gente de la mayor confianza. El líder de la Cámara de los Lores, Lord Halifax quedó fascinado por Hitler durante su visita a Alemania el año 1937 y prontamente le atribuyó a él haber reanimado la auto estima alemana. De acuerdo con Sarkisyanz, por lo menos cinco parlamentarios británicos se hallaban en el grupo de invitados hondamente impresionados por el Congreso del Partido Nazi del año 1936, durante el cual Hitler mencionó el plan para la conquista de Ucrania.
La atracción entre los racistas alemanes e ingleses era tan fuerte que hasta el año 1938 Hitler evitó imponer la prohibición de las operaciones del servicio de inteligencia británico en Alemania. Hitler decía que las dos razas, la británica y la alemana, eran primas y por lo tanto estaban destinadas a dominar el mundo de manera conjunta. En ese tiempo, la opinión muy extendida en Gran Bretaña era que el país dominaría los mares dejando la primacía a Alemania en tierra.
Sarkisyanz señala que la eugenesia, doctrina ampliamente extendida en la Alemania fascista, era una invención puramente inglesa. Se creía que la eugenesia confirmaba el derecho de la raza anglosajona –naturalmente incluyendo a los alemanes—a dominar el mundo. La concesión de la ciudadanía sobre bases raciales se hizo norma en la Alemania de Hitler, pero la eugenesia como filosofía puede rastrearse hasta Gran Bretaña donde sus bases fueron sentadas por el primo de Charles Darwin, Francis Galton. Galton sostenía que tanto los individuos dentro de un grupo racial particular y las razas individuales pueden dividirse entre varios grados y lanzó la teoría racista posteriormente adoptada por los fascistas alemanes.
Del mismo modo, Galton llamó a una cruzada en nombre de la dominación racial y planteó la eugenesia como un elemento equivalente a una nueva religión a ser instituida en la mentalidad nacional. De manera obvia, estas ideas fueron adoptadas por los nazis alemanes. Herbert Wells, autor de “El Hombre Invisible” estaba del mismo modo convencido que “existe una sola cosa cuerda y lógica que hacer con una raza inferior y esa es exterminarla.”
Hannah Arendt escribió en los años 40 que Gran Bretaña era el único país donde la ideología racista emanaba directamente de la tradición nacional. En el caso británico la tradición se basaba en el puritanismo del Viejo Testamento y más aun reforzado por la profundamente arraigada percepción de la estratificación social como un fenómeno legítimo: en Gran Bretaña, la clase baja invariablemente guardaba un profundo respeto por las clases superiores, al tiempo que estas las trataban con indisimulado desprecio.
El biógrafo británico del ideólogo del racismo alemán Alfred Rosenberg, admitía que los graduados de las universidades elitescas de Gran Bretaña se habrían sentido avergonzados al ver el rol que se les había asignado a las generaciones pasadas de sus alumnos por el nazismo alemán. Hitler en gran medida atribuía el éxito inglés en política (como su pericia para mantener el control sobre la India durante décadas con un mínimo recurso de la fuerza) a la destreza de los gobernadores coloniales británicos debido al sistema nacional de educación. En su publicación del año 1934 “Houston Stewart Chamberlain como el Profeta del Tercer Reich”, Georg Schott urgía a los alemanes a tener siempre presente que a pesar que las dos figuras pertenecían a diferentes países, Chamberlain fue el primero en llamar a Hitler el líder del pueblo alemán y a descubrir que el führer alemán estaba guiado por una suerte de predestinación.
Uno de los impactantes hallazgos en el libro de Sarkisyanz es que los tribunales ingleses de las Islas del Canal, territorio inglés ocupado por Alemania, enjuiciaban a los residentes del área acusados de resistir a los ocupantes. Las autoridades de las Islas del Canal tipificaban como delito cualquier tipo de conducta que produjera conflicto con los alemanes, además de que parte de la población fue arrastrada al trato degradante de los internos en los campos de trabajo forzado de los alemanes.
Solo que lamentamos que “Desde del Imperialismo al Fascismo” de Sarkisyanz sea prácticamente desconocido en Rusia y en Occidente. La obra está prohibida en Gran Bretaña y en Alemania, Sarkisyanz tuvo que enfrentar dos querellas por su investigación….
1) SS, Schutz Staffel, elite paramilitar del partido nazi que sirvió como guardia personal de
Adolfo Hitler y como fuerza especial de seguridad en Alemania. (Nota del T.)
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